“Identidad sustituta” es un film adaptado de la novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele situada en el 2017 donde la gente vive sus vidas por control remoto desde la seguridad de sus casas a través de robots sustitutos.
Esta no es solo una historia policial de ciencia-ficción, hábilmente escrita y bellamente ilustrada, Es, sobre todo, un sagaz comentario sobre la cultura del consumo. Ahora en un film mezcla entre tecnología, drama policial y denuncia social de Venditti. La historia esta situada en medio de la temática de la vida artificial en sumo extremo. Aplicar principios biológicos a sistemas computacionales para la resolución de problemas es el negocio que retrata el film. Pero no profundiza en problemas éticos aunque los tiene implícitos en mensajes subliminales acerca de tener un sustituto o replicante que nos podría permitir arriesgarnos más, vivir con mayor intensidad pero desde la comodidad del hogar, controlando a mi otro yo mas atlético y bello desde los dispositivos del hogar. Algo totalmente opuesto a como hoy concebimos la vida, el envejecimiento y lo efímeros que somos. La apertura de la cinta hace mención a lo rápido de la evolución tecnológica y como la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados donde los robots en todas las industrias son palpables. ¿Acaso ya no vivimos de cierta forma tan lejos tan cerca con Facebook, Twiter, comunicándonos a distancias no cara a cara aunque estemos en la misma ciudad con las otras personas?, ¿ Somos ya titiriteros donde movemos emociones y manipulamos con un solo clic a las personas?. Esta es la cuestión donde pone las alarmas la cinta, quizás los más loable, ante lo predecible del guión pero que al menos entretiene su propuesta y tiene una apertura notable con imágenes semi-documentales extraídas de noticieros creados donde la vida artificial se hacia más patente en los últimos años.
Bruce Willis encarna a Tom Greer, un atormentado agente del FBI que perdió a un hijo. Situado en el futuro cercano situado cuando más del 98 por ciento de la población se queda en casa mientras que sus sustitutos robóticos o replicantes, que son más jóvenes y encargados por catálogo. Las empresas a cargo de construir estos robots abastecen al ejército de soldados del futuro y tienen una contraparte con una tribu que lucha contra los sustitutos, conduciendo a una carrera contra el tiempo para salvar a la raza humana. Extraños asesinatos de replicantes y sus dueños al parecer tienen una conexión y ponen en jaque a la escasa humanidad que queda en las calles. Los autores del guión son John Brancato y Michael Ferris que crearon el documento a partir de la novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele. El director de la cinta es Jonathan Mostow(Terminador 3). Capítulo aparte para el protagonista Willis, lejos lo mejor del film nuevamente. Apocalíptico relato que ya pueden ver en los cines locales.
Esta no es solo una historia policial de ciencia-ficción, hábilmente escrita y bellamente ilustrada, Es, sobre todo, un sagaz comentario sobre la cultura del consumo. Ahora en un film mezcla entre tecnología, drama policial y denuncia social de Venditti. La historia esta situada en medio de la temática de la vida artificial en sumo extremo. Aplicar principios biológicos a sistemas computacionales para la resolución de problemas es el negocio que retrata el film. Pero no profundiza en problemas éticos aunque los tiene implícitos en mensajes subliminales acerca de tener un sustituto o replicante que nos podría permitir arriesgarnos más, vivir con mayor intensidad pero desde la comodidad del hogar, controlando a mi otro yo mas atlético y bello desde los dispositivos del hogar. Algo totalmente opuesto a como hoy concebimos la vida, el envejecimiento y lo efímeros que somos. La apertura de la cinta hace mención a lo rápido de la evolución tecnológica y como la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados donde los robots en todas las industrias son palpables. ¿Acaso ya no vivimos de cierta forma tan lejos tan cerca con Facebook, Twiter, comunicándonos a distancias no cara a cara aunque estemos en la misma ciudad con las otras personas?, ¿ Somos ya titiriteros donde movemos emociones y manipulamos con un solo clic a las personas?. Esta es la cuestión donde pone las alarmas la cinta, quizás los más loable, ante lo predecible del guión pero que al menos entretiene su propuesta y tiene una apertura notable con imágenes semi-documentales extraídas de noticieros creados donde la vida artificial se hacia más patente en los últimos años.
Bruce Willis encarna a Tom Greer, un atormentado agente del FBI que perdió a un hijo. Situado en el futuro cercano situado cuando más del 98 por ciento de la población se queda en casa mientras que sus sustitutos robóticos o replicantes, que son más jóvenes y encargados por catálogo. Las empresas a cargo de construir estos robots abastecen al ejército de soldados del futuro y tienen una contraparte con una tribu que lucha contra los sustitutos, conduciendo a una carrera contra el tiempo para salvar a la raza humana. Extraños asesinatos de replicantes y sus dueños al parecer tienen una conexión y ponen en jaque a la escasa humanidad que queda en las calles. Los autores del guión son John Brancato y Michael Ferris que crearon el documento a partir de la novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele. El director de la cinta es Jonathan Mostow(Terminador 3). Capítulo aparte para el protagonista Willis, lejos lo mejor del film nuevamente. Apocalíptico relato que ya pueden ver en los cines locales.
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